Lisboa

Elegimos un hotel por Booking, llamado America Diamond´s Hotel. Tiene la opción de desayuno incluido, es un hotel de tres estrellas pero con servicios de cuatro y con un parking gratuito enfrente y una parada de metro al lado. Céntrico, limpio y cómodo.

Cuando llegamos el primer día no nos dio mucho tiempo para buscar un sitio para comer, pero se come muy bien en cualquier sitio. Al final elegimos un pequeño sitio acogedor en la calle R. Portas de Santo Antão nº185, con la fachada llena de azulejos pintados en azul. Simplemente mágico.

Bajamos a la Praça do Rossio, atravesando todo el casco antiguo y llegamos a Praça do Comércio atravesando el Arco de la Rua Augusta.

Praça do Comércio (Plaza del Comercio)

En la Plaza de Comercio podemos deleitarnos con vista hacía el río Tajo, el puente Vasco da Gama, más largo de Europa con sus 17,2 km de longitud. Informarnos sobre Lisboa en su principal oficina de turismo y tomar un algo en los restaurantes y cafés más antiguos de la ciudad. El Arco Triunfal con una inscripción de VIRTVTIBVS MAIORVM VT SIT OMNIBVS DOCVMENTO.PPD (Las virtudes de los más grandes, que sirve a todos los de la enseñanza. Dedicado a cargo del erario público). En el centro de la plaza vemos la estatua de José I en su caballo.

Segundo día comenzamos cogiendo un autobús en la Plaza de Marquês de Pombal para llegar al Monasterio de los Jerónimos de Belén, Monumento a los Descubrimientos y Torre de Belém.

Atravesamos todo el barrio antiguo de Lisboa, deleitándonos la vista con edificios antiguos, parques de árboles, y hasta el Parlamento.

Monasterio de los Jerónimos de Belém

En el barrio de Belém como un homenaje a la época dorada de los descubrimientos, del siglo XVI podemos contemplar el Monasterio de los Jerónimos. En 1983 fue declarado Patrimonio de la Humanidad y durante sus primeros años fue residencia de los monjes de la Orden de San Jerónimo (de ahí su nombre). Cuenta con una impresionante iglesia, el claustro con su decoración de elementos marítimos y varias tumbas de monarcas entre otros. En una de las alas del monasterio se encuentra Museo Nacional de Arqueología con la colección más importante del país.

Monumento a los Descubrimientos

Una de las cosas más impresionante está delante del Monasterio a la orilla del río Tajo y es el Monumento a los Descubrimientos. Se construyó en 1960 para conmemorar los 500 años desde la muerte de Enrique de Portugal apodado El Navegante.  33 personalidades en 52 metros de altura, todos mirando al Tajo. Al otro lado del río puedes ver la estatua del Cristo Rey con los brazos abiertos.

monumento a los descubrimientosmonumento a los descubrimientos

Torre de Belém

La fortaleza declarada Patrimonio de la Humanidad, la Torre de Belem. Es del siglo XVI y aunque se construyó para proteger la entrada al puerto a través del Tajo, después se utilizó incluso como una prisión. Siendo dentro muy austero, merece la pena visitar sus cinco pisos, entre los que se encuentra la Sala del Gobernador, la Sala de los Reyes y la Sala de Audiencias.

Torre de Belém

Después de tanto andar, optamos por coger esta vez un tranvía. Como no, que sería de una visita a Lisboa sin disfrutar de esos amarillos. Llegamos de nuevo a la Plaza de Comercio.

Lisboa Praça do Comércio

Nos desplazamos andando hasta 7 Rua da Alfândega, a Cafetería Adega (una locura para buscarla en Google). Nos encantó el plato, una salchicha negra acompañada de arroz, patata y verdura, algo típico según la camarera. Y por supuesto una cervecita (o dos… para acompañar tan semejante manjar).

Para bajar tanta comida optamos a subir al Castillo de San Jorge. Pasamos por una calle llamada Travessa de Santo Antonio Da Se, donde en un cable colgaban todo tipo de zapatos.

Nos encontramos la Catedral de Lisboa por el camino.

Catedral de Lisboa

Catedral de Sé es de estilo románico está ubicada en el barrio de Alfama del siglo XII. Está levantada sobre una antigua mezquita tras reconquistar la ciudad a los musulmanes durante la Segunda Cruzada. Dentro se halla un tesoro de los lisboetas, los restos de San Vicente, patrón de Lisboa. Según dice la leyenda, en su traslado a la ciudad su ataúd lo acompañaron dos cuervos y de ahí el escudo de Lisboa.

escudo Lisboa

Castillo de San Jorge

Lo que no sabíamos que en la Baixa podemos coger un elevador que nos lleva directamente hacía el Castillo (es cómodo y gratuito), para no tener que subir tanta cuesta. La próxima será, jajaja… Accedemos por el Arco de San Jorge y nos adentramos dentro del castillo morisco y residencia real del siglo XI. Podemos disfrutar de sus once torres, el patio de armas, los calabozos y después perdernos por sus jardines entre los patos y pavos reales.

castillo San Jorge

Al bajar un poco nos topamos con un Restaurante Zambeze Gastronomia Portuguesa e Moçambicana con una terraza con vista a todo Lisboa. Es un sitio que a primera vista parece abandonado, sin embargo al entrar y ver la terraza tan cuidada, muebles modernos y todo tan limpio, que te entran ganas de quedarte. Sí, nos hemos quedado, y disfrutado de un Gin-tonic con unas vistas espectaculares. ¿Qué más se puede pedir?

Terraza que agusto se estaba en Lisboa

Seguimos bajando hacía la Plaza de Rossio, donde colgamos un candado con nuestros nombres y fecha en una escultura LOVE. ¡Qué romántico! Y para terminar el día nos paramos en Café Gelo y «merienda-cenamos» un dulce cada uno. Un bollo gigante de mermelada y Pastel de Belém.

pastel de belem

El tercer día optamos por hacer una visita al Oceanario de Liboa, al segundo más grande de Europa. Delante del mismo hotel cogimos el metro y a ver pececitos.

Oceanario de Lisboa

El Oceanario es la visita perfecta con o sin  niños. Con cuatro zonas separadas por océanos. En la orilla del río Tajo, con un edificio que recuerda un portaaviones contiene una colección de aves, peces y mamíferos.

Tortugas en el techo de Oceanario de Lisboa

Por supuesto, la visita no estaría completa si no le hicieramos una foto a Nemo. 

Al terminar la visita en el mundo marino del mundo entero, cogimos el autobús y volvimos cerca de Plaza de Comercio, y paramos a comer en Rua Dos Arameiros, en Lua Dorada. Una parada pequeña, donde se puede probar un menú por un precio más que accesible y comida sin la parafernalia turística.

Después de descansar hemos vuelto a la calle por la tarde, quisimos ver a Lisboa de noche. Optamos por el barrio más bohemio de Lisboa, Barrio Chiado.

Elevador de Santa Justa

Allí se encuentra el Elevador de Santa Justa, que conecta la Baixa con el barrio del Chiado. Su construcción terminó en 1902. Su estilo es neogótico, y posee una estructura de hierro inspirada en la Torre Eiffel. Los ascensores están revestidos de madera, y arriba desde la amplia terraza se puede contemplar la zona conocida como Baixa, la Plaza de Rossio, Plaza del Comercio y el Castillo de San Jorge.

Al lado del Elevador está el Convento do Carmo, un importante templo gótico del siglo XV, que en un terremoto de 1755 se vino abajo. Aún así impresiona.

elevador santa justa

Se nos hizo de noche, paseando y despidiéndonos de las calles de Lisboa.

Tranvía de noche

Os dejo una foto de mi marido, al que le han cautivado los tranvías. Pues que menos, que se lleve un recuerdo como este, una foto con «El Amarillo».

Tranvía y él, Lisboa

Nos enamoró. Volveremos…

Dato curioso...

Carris, la empresa que gestiona el transporte público, presentó el servicio de estos «coches eléctricos», se importaron de EEUU y comenzaron a llamarlos «o amarelo» (el amarillo). El más conocido es el numero 28, que recorre todo el centro histórico. También hay tranvías rojos, pero son para el circuito turista. Para un viaje no te compliques, directamente puedes pagarle al conductor. Si quieres aprovechar a recorrer Lisboa dentro de sus tranvías, puedes adquirir los billetes en las estaciones de metro o en los kioskos de la empresa Carris.

Tranvía el amarillo

Truquitos...

Si vas a visitar la Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos, es conveniente hacerlo en este orden y comprar las entradas de los dos en la misma Torre, porque así os evitaís las colas, que se forman en el Monasterio.

Para aprovechar ese paseo en el famoso tranvía amarillo lo recomendable es desplazarse desde la Plaza del Comercio hacía el Monasterio de los Jerónimos, en él.

Si tenéis el alojamiento alejado del centro, el uso del metro y autobuses urbanos son muy recomendables, muy asequibles y rápidos.

Y no os vayáis de Lisboa sin probar «bolo de mermelada» y una cerveza Sagres.

 

Estatua Lisboa
Tranvia Portugal
 
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